Mejorar las tasas de eclosión requiere una gestión consistente de la incubación, incluyendo una temperatura estable (99.5°F), niveles ideales de humedad (50–65%) y el volteo regular de los huevos. Evite abrir demasiado la incubadora, ya que esto interrumpe el ambiente interno. Utilice un dispositivo de transiluminación alrededor del día 7 para revisar el desarrollo del embrión y retire los huevos no fértiles. Una correcta posición, como colocar los huevos con el extremo más grande hacia arriba, y el uso de bandejas de incubación de alta calidad también contribuyen a una mayor tasa de éxito en la eclosión.